Japón también lucha con sus demonios.
Prosperidad
económica, haber sobrevivido a dos bombas nucleares en Nagasaki e Hiroshima a
causa de la Segunda Guerra Mundial, tecnología de punta una cultura milenaria
conocida y elogiada por la disciplina, el seguimiento de reglas, una cultura
rica y tan basta capaz de competir hombro con hombro con gigantes como Estados
Unidos, a tal ´punto de no sentirse influenciados o intimidados por los del
occidente. Eso es una de tantas cosas que podríamos saber de la tierra del sol naciente: Japón.
¿Qué
sabemos de los nipones?
Todo
lo expuesto en el párrafo anterior podría significar mucho para entender este
punto, a esto agreguemos la extravagancia de sus productos, y lo exótico que
pueden resultar (al menos para nosotros), la creación de un legado de series
animadas conocidas como Anime (Lo sé, no tengo ni que explicarlo) que derivan
de su no menos importante Manga, y pare usted de contar, y sin embargo, una
palabra que queda perfecta para entender un poco a este maravilloso pueblo: La
disciplina.
Luego
de una furtiva búsqueda en la Red, y bastante influenciado por la idea del
conferencista colombo-japonés Yokoi
Kenji, el cual recomiendo muchísimo por el contenido que aporta, los japoneses
y lo correcto de su personalidad son algo que no se puede obviar. La verdad es
que es algo que se toma muy en serio es la disciplina, desde llegar muy
puntuales a cualquier cita o trabajo, hasta el respeto innegable que tienen por
la ley.
Yokoi Kenji, foto extraída de su cuenta en Instagram yokoikenjidiaz |
Una
economía envidiable, la verdad es que si, la prosperidad económica que la isla
del oriente ofrece es notoria. Recordando entre tantas conferencias que he
visto del señor Kenji Díaz, cuenta que entre los mejores pagados del país se
encuentran los obreros, porque el esfuerzo físico en serio se toma en cuenta ,
y por consecuente es bien remunerado; incluso cuando los trabajadores de
empresas quieren hacer que su voz se oiga, en vez de convocar un paro, se
esfuerzan por producir mucho más de lo que normalmente hacen, a fin de obligar
al dueño a abaratar costos de productos por la cantidad abismal que posee (a
ver si tomamos nota de esta conducta).
¿Qué
más se puede pedir? Hasta en deportes Japón da de que hablar, con una selección
próxima a participar en el Mundial de Rusia 2018, con un potencial muy bueno, y una liga de
béisbol de primer nivel considerada la segunda mejor del mundo y única nación
en ganar dos Clásicos Mundiales de Béisbol en la historia de la joven competición,
(4 veces) y de manera consecutiva.
Selección Japonesa en una de las ediciones del Clásico Mundial de Béisbol. Foto de: eluniversal.com |
Pero, ¿qué me trae a escribir de Japón?, la verdad es que no es nada de lo anterior
expuesto, particularmente admiro muchísimo este país, y a pesar de ello, entre
las cosas negativas que cualquier país puede tener, (naturalmente no somos
perfectos por fortuna) lo que me trae a escribir en esta oportunidad es algo
gravísimo que suceda en la sociedad nipona, sobre todo entre jóvenes: El
suicidio.
¿Con
tantas cosas positivas existe algo negativo que pueda resaltar en este icónico
país? Lamentablemente sí, Japón posee un privilegiado (si así podemos llamarle)
pero deshonroso puesto en la tasa de suicidio global ostentando el puesto número 12 a nivel mundial. ¿Y por qué no
hablar de Groenlandia por ejemplo, que tiene el primer puesto? Sencillo, el
impacto social y cultural que tiene Japón es por lejos mucho más notorio que
los países que están por encima de los nipones en la lista, por supuesto
haciendo un paréntesis en el segundo puesto que posee la poderosa Rusia, que
tiene 10 peldaños más arriba, ¿y entonces? Pude haber escrito un post dedicado
a Rusia en todo caso pero el Internet se ha hecho cargo del resto
estereotipando al país asiático a tal punto que desde el occidente, muchos
creíamos (sí, yo me incluyo) que Japón estaba de primero en esta oscura lista.
Ya lo saben WOW usuarios, no creamos todo lo que hay en Internet.
¿Cómo
un país tan prospero debe lidiar con tan escabroso problema? Y más cuando
hablamos que la mayoría de casos sucede en una población joven, la respuesta
parece radicar en unas dos frases que resumen todo: La presión social y la
disciplina de su cultura en sí; pero, ¿puede llegar tan lejos todo esto a tal
punto de acabar con todo?
Para
los japoneses la disciplina es algo que jamás va a pasar por alto, está en su
génesis seguir las reglas establecidas bajo cualquier circunstancia, cosas que
de este lado del mundo, seamos sinceros, no solemos seguir tan estrictamente.
Insisto
el hecho de la presión social, y es que vamos a considerar lo siguiente: Un
país tan correcto y disciplinado donde las reglas se llevan muy en serio,
probablemente creará una sociedad de adictos a ellas, al punto de angustiarse
cuando ellos mismos, o personas a su alrededor no cumplen con situaciones tan
cotidianas como llegar a tiempo a cualquier cita (mientras aquí decimos a las
8, y llegamos a las 9:30).
Los
japoneses han formado un miedo dantesco a no cumplir las reglas, se sienten ansiosos
cuando las cosas no van como deberían, y bien, a nivel social parece algo
bueno, pero el estrés formado debe ser algo gigantesco a mi parecer. Mientras
en países hispano-hablantes llevamos la situación un poco más relajada (miento,
DEMASIADO RELAJADA) Japón vive y respira por una sociedad organizada.
A
nivel educacional, la presión se siente mucho más, y es que obtener buenas
calificaciones se muestra como algo demasiado importante dentro de la sociedad,
y si quieres ser alguien en la vida debes estudiar en casas de estudios
privilegiadas y así tener un buen lugar a nivel socio-económico.
Llegar
a la universidad parece una tarea por demás apoteósica y es que lastimosamente,
si tomas un examen de admisión en determinada universidad y no apruebas, no
podrás tomar la prueba en esa universidad, y tendrás que explorar otras
opciones, razón suficiente para que la presión por aprobar suba y estrés invada
la mente de un joven japonés en busca de un gran futuro.
Y
aquí es donde nos trae todo este monorriel de emociones, probablemente estas
razones sean más que suficientes para saber que la tasa de deceso incrementa
cuando son jóvenes, porque las presiones sociales a enfrentar pueden llevarlos
a querer acabar con todo, en una sociedad que sin contar esto pueda parecer casi
perfecta.
En
un mundo tan recto donde la disciplina se lleva como la más sagrada tradición
familiar, una falla en cualquier ámbito de la vida significa una deshonra que
puede llevar a realizar actos que puedan sin duda apaciguar un sufrimiento que
realmente para nuestros oídos no sonarían tan graves.
Rápida
reflexión, y aquí directamente recuerdo la idea de Yokoi Kenji, cada nación
tiene aspectos negativos y positivos, eso está más que claro; pero sin duda
ningún exceso es bueno. Lo que nos falta a unos nos sobra. Es bien sabido y es
lamentable, que muchas naciones de Latinoamérica no son conocidas precisamente
por seguir las reglas y tener una disciplina ejemplar, lo que nos pone a pensar
que si mejoráramos esos aspectos podríamos estar mejor, pero muy complicado a
mi parecer algo que hemos arrastrado durante tanto tiempo. Sin embargo, la
alegría y hospitalidad que nos representa nos da a entender porque también nos
conocen por ser “más felices” que muchas naciones.
La
disciplina japonesa, ejemplo para cualquier país, los ha posicionado como una
potencia mundial, pero el factor humano se ha visto afectado por las mismas
razones, muchas veces pareciera que no disfrutan de pequeño detalles que la
vida misma brinda, por razones antes expuestas, su forma de pensar ataca
directamente y simplemente su estilo de vida no concibe ver las cosas de otra
manera.
Y
bien, me pongo a pensar, si diversas naciones de Latinoamérica tomarán de
ejemplo las cosas buenas de Japón y
seriamente las adoptarán a sus sociedades sin perder la alegría que las
caracteriza, ¿las cosas cambiarían? Eso no lo sabemos a ciencia cierta; o que
tal si la disciplina japonesa se mezclara con la alegría latina, ¿se podría al
menos bajar una tasa de suicidio tan alarmante? Las sociedades y sus particularidades…. Y a
pesar de ello, es un viaje bastante interesante.
Agradecimiento
pleno a Yokoi Kenji Díaz, aquí abajo dejare un video de su particular estilo de
llegar a la gente, sin duda parte importante para la realización de este post,
espero que en algún punto, esta humilde publicación pueda llegar a su alcance y
pueda disfrutar de un material que pretende dar una reflexión de cómo llevamos
la vida y cómo podemos mejorar en ella.
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