WOW Historias presenta: Infierno Ludópata.
"Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar: cuando no tiene dinero propio para ello y cuando juega su propio dinero."-Mark Twain.
Luces,
cámaras y acción. Llego bien fresco a un lugar bien cómodo, luces por doquier y
sonidos bastante peculiares, todo sea por librarme de aquella embarazosa
situación con mi esposa. Hasta los vecinos nos escucharon, ¡Vaya desastre!, al
menos esta vez no la oyeron llorar y sólo escucharon gritarme, quizá el
cansancio y el mareo por ese par de cervezas me hicieron andar un poco más
relajado. Por mi parte es que la culpa es de ella, yo la atiendo muy bien para
que me trate de tan vil manera. Los niños siguen durmiendo así que es hora de
partir.
¡Volvieron
a perder los Dodgers! Por segundo día consecutivo ese maldito equipo no hace su trabajo y
finalmente yo pago los platos rotos, una buena salida del lanzador hubiese
bastado para hacerme con unos $100. Al menos esta vez el Madrid no empató y
pude salvar la inversión. Mañana será
otro día y ya siento que estoy en racha.
Lo
importante es que estoy aquí, siempre me reciben con una calurosa bienvenida y
la mesonera bien sonriente ya conoce cuál es la bebida que me hace sentir
“ganador”. La noche ha estado floja pero no todos los comienzos son buenos,
estas máquinas huelen la ansiedad tan solo con acercarse, hay que ponerse
firmes y tener confianza para que todo fluya.
Bueno
bueno, ya me quede sin efectivo, mejor voy a un cajero automático, el dinero
que tengo es para el colegio de los niños, pero eso se recupera rápido, y con
esa buena racha que me espera los llevaré al Mall y les compraré de esos
helados que tanto les gustan. ¡Oh! Dulce suerte de los dioses me ha tocado, si
ahí está mi buen amigo Gustave, para que caminar dos cuadras por un cajero
automático si me pueden hacer un pequeño préstamo para entrar a lo grande.
Para
ser un lugar sin ventanas ni relojes, ¡es muy acogedor! Gente muy buena por los pasillos, uno que
otro borrachín (como cualquier barrio humilde) y lo mejor de todo: Me han
prestado los $400 que necesito para comenzar una memorable noche, y sólo debo
pagar $500 en dos horas, a decir verdad, un jugador tan bueno como yo no tendrá
ningún problema al respecto, ¡JA!
Genial,
un comienzo malo lo puede tener cualquiera, es lo más normal del mundo de las
apuestas, perdí $1000 de los $4000 en la ruleta pero así funciona esto, debes
arriesgarte, asi que comenzaré de nuevo y apostaré los $3000 que me quedan para
entrar en calor.
Bum!
Si nena! Lo Sabía, los grandes hacen apuestas grande, $300 apostados y ya en
mis bolsillos bien a gusto hay $8000, ya tengo el dinero de Gustave, y sigo
teniendo $300 para mí. Este es mi numero, así que jugaré $3000 más y veremos qué
pasa.
¡Santa
suerte de los dioses del juego! Ya son $1300 para la cuenta del buen afortunado
Devon, oh sí, al fin la mala racha se ha acabado, y ya que nos encontramos muy
bien, ¿Por qué seguir apostando $300? Vamos por más.
¡Soy
el rey del mundo! Me arriesgue y todo salió bien ¡ya van 30 mil dólares! Tengo
muchos amigos a mi alrededor esta es mi noche, ya dos suetos me regalaron unos
deliciosos tragos que me hicieron entrar
en “modo ganador”, así no pierde nadie, lo mejor de todo es que le acabo de
pagar a Gustave, que recién me entero es accionista del lugar, que tipo más
bonachón, tenía una llamada de mi esposa, pero con la poca batería que me
quedaba el teléfono se apagó al instante. Creo que la ultima vez que vi la hora
en mi celular eran las 2… Bien, es tarde pero una buena racha no se abandona.
¡80
mil dólares! Si tengo otro hijo le pondré Black Jack, si es niña Ruleta, o Roulette para sonar más sofisticados,
porque hoy esos dos juegos son mis aliados.
Gustave
amablemente se me ha acercado justo cuando saqué 100 mil dólares, me habló del
“crédito VIP” que se le da a los mejores jugadores, y a aquellos que tengan más
de 70 mil dólares en ganancias. Suena riesgoso, pero esta noche toda lo vale.
Con
lo bien que me ha ido, un Bourbon no me caería para nada mal. Me dirijo
directamente a Gustave para que me explicara mejor lo del crédito, y me dice
que es una especie de “ayuda que ofrece el casino para apostar como los
grandes, suena bien, tomando en cuenta que sólo debo poner el 50% de la
apuesta, y como crédito, el casino pone el resto, y ya vi la apuesta que me
cambiará la vida: si apuesto $500 mil
dólares, serán ¡$2 millones enteros a mi cuenta! Y lo mejor es que son 2
millones luego de pagar el crédito, con esa semejante cantidad de dinero podré
irme a casa, dormir como un lirón y renunciar a mi estúpido trabajo mañana
mismo para emprender un negocio.
Quiero
ir por esa jugosa apuesta, pero ya Gustave fue muy claro, debo conseguir al
menos $250 mil dólares, y solo tengo $150 mil, aunque ha sido una noche
memorable, debe terminar mejor. Debo ´pensar y rápido, ¡Ya sé! Los ahorros de
la universidad de los niños justo van por 100 mil dólares, se que es algo que
prometí guardar pero será por un bien mayor, después de todo, el que no arriesga
no gana.
Genial,
pude conseguir todo el dinero en efectivo gracias a una rápida transferencia, y
ya el momento de apostar a lo grande, ya me imagino cobrando y sintiéndome como
el hombre más astuto del mundo, ya la suerte está conmigo y es momento de la
verdad….
Oh…
Dios,
esto no puede estar pasando…
Debo
despertar de esta pesadilla…
Quiero
vomitar….
Qué
gran mareo cargo, de repente esas luces bien simpáticas parecieran venir
traídas del infierno mismo, maldita alfombra y su extravagancia, necesito un
reloj, y una ventana donde respirar aire puro. ¡No puedo creer que he perdido
todo! Todo lo que gané se fue a la basura, los ahorros de la universidad, y
ahora la cara de Gustave dejó de ser amigable y me exige que le pague los $250
mil que me prestó. Le pedí que me diera
más crédito para seguir jugando y recuperar el dinero pero se niega y me dice
que tengo 3 horas para pagarle o habrá consecuencias graves, que me haya
mostrado un arma no me ayuda mucho.
Llegamos
a un acuerdo, y le di mi auto como garantía, y $700 que me quedaban en una
cuenta que no recordaba que tenía, no se me ocurre mas nada que hipotecar la
casa, se que mi esposa no lo entenderá pero es algo que debo hacer sino puede
que pase algo peor.
Nunca
es bueno mezclar resaca con adrenalina y creo que es lo que tengo ahora mismo,
no he bebido nada en dos horas y ahora me dirijo a mi casa , Gustave me sugirió
que le firmará un poder para el hacerse con la propiedad de mi propia casa, esa
misma casa que con tanto esfuerzo pude pagar hasta el año pasado, el dueño de
un malviviente casino se adueñara sin más ni menos en unos pocos minutos.
Recién
me encuentro en mi casa y me doy cuenta de que son las 8 y 30, todo esta muy
solitario, asumo que los niños están en la escuela y mi esposa se fue a
trabajar temprano, pero nada más lejos de la realidad… me consigo con una carta
en la cocina con mi nombre en ella, sólo puedo esperar lo peor.
Me
caigo del terror, mis piernas no dan para contener tan amargo sentimiento, mi
esposa esta en este momento tomando un avión a otro país donde vive su hermana,
se acaba de llevar a los niños, y no planea decirme donde se encuentra, está
cansada de esta situación que la tiene enferma y desolada. Por mis problemas de
juego, me confesó que hace 2 mese tuvo que hipotecar la casa para poder pagar
unas deudas que según sus palabras, dado mi estado de embriaguez, difícilmente
recuerdo. El resto del dinero lo usó
para pagar los boletos de avión y un buen par de zapatos para los niños que
hacia mese necesitaban unos.
Justo
en este segundo me doy cuenta que mi horror apenas comienza, justo cuando
comienzo a sentir golpes en mi ser, despierto en una zanja todo maltratado,
donde finalmente me han llevado al hospital, justo cuando intento recuperarme
de una golpiza, un oficial lleva una orden en mi contra que alega que he sido
acusado de estafa. Nada me sorprende a estas alturas.
Una
vez tras las rejas pienso, ¿de verdad he podido tocar fondo? La verdad es que
me tomará mucho tiempo enfocarme en eso, entre las deudas que debo pagar a un
casino y al banco, creo que mi mente estará bastante ocupada. Solo ruego que
las cosas se encuentren bien con mis hijos, y su madre tan comprensiva, ya yo
me he cansado….
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